7 consejos para dormir a tu bebé

El sueño es increíblemente importante para los niños pequeños, ya que es durante el sueño cuando el cerebro y el cuerpo del niño se recuperan y las habilidades recién aprendidas se almacenan en la memoria.

Mira el vídeo en el que la enfermera y visitadora médica Kirsten Lise Andersen nos da sus mejores consejos sobre cómo ayudar a que tu hijo duerma bien.



¿Qué puede afectar al sueño de un bebé?

Es normal experimentar problemas con el sueño en los primeros años de vida de un bebé. Hay muchas cosas que pueden afectar al sueño de un bebé. Puede ser dolor de estómago en relación con la transición de la leche a los alimentos sólidos. Puede deberse al desarrollo motor del bebé, cuando el niño está constantemente desarrollando y aprendiendo nuevas habilidades.

Durante el sueño, el bebé puede despertarse y probar las habilidades que ha aprendido durante el día. Por ejemplo, a muchos padres y madres les pasa que cuando el niño ha aprendido a gatear, se despierta durante la noche y se pone a gatear en la cama. Hay niños que acaban de aprender a ponerse de pie y se despiertan y se ponen de pie en la cuna, y necesitan ayuda para acostarse y volver a dormirse.

Puede ser frustrante para los padres y madres. Y puede ser frustrante para el niño. Pero es importante tener en cuenta que estas son fases completamente naturales por las que pasa tu hijo como parte de su desarrollo. Sin embargo, a veces necesitan tu ayuda para calmarse de nuevo y volver a dormirse.

 

7 consejos para que tu hijo duerma bien

¿Qué puedes hacer como padre o madre si tienes problemas con el sueño de tu bebé?

  1. Una hora fija para ir a dormir

Lo primero de todo es una hora fija para ir a dormir. Intenta acostar a tu bebé a la misma hora todos los días.

Como es lógico, la hora para ir a dormir puede variar de un día a otro dependiendo de cuánto haya dormido el bebé durante el día, pero trata de introducir una hora fija lo antes posible. El mismo principio se aplica a las siestas de día. Asegúrate de que tu hijo duerma la siesta todos los días.

El sueño alimenta el sueño, y tu hijo debe dormir las siestas que necesite, y que no le despiertes, sino que dejes que duerma hasta que se despierte solo.

  1. Una rutina constante para ir a dormir

Una rutina constante para ir a dormir proporciona al bebé una sensación de seguridad y protección. Para un recién nacido, una rutina para ir a dormir puede ser algo tan sencillo como calmarle antes de dormir, ponerle la ropita para dormir y pasar un rato agradable y relajado en el cambiador.

Es buena idea que el bebé reconozca dónde se queda dormido porque, de lo contrario, cuando se despierte, se preguntará por qué no está en el mismo lugar que antes. Cuando el niño se vuelva más consciente, es posible que te pase que, si se ha quedado dormido, por ejemplo, mientras comía, cuando se despierta inmediatamente buscará el pecho o el biberón de nuevo. Así que trata de asegurarse de que el bebé reconozca dónde se queda dormido.

  1. Señales de cansancio

Es importante que acuestes al bebé cuando muestre las primeras señales de cansancio. Estas son las señales de cansancio típicas:

  • El niño mira hacia otro lado o gira la cabeza
  • Dificultad para concentrarse
  • Frotarse los ojos y/o las orejas
  • Bostezar
  • El niño se vuelve irritable
  • Gimotear y/o llorar
  1. Distinguir el día y la noche

Intenta enseñarle a distinguir entre el día y la noche (la luz y la oscuridad). Esto significa que, cuando el niño eche la siesta durante el día, es importante que duerma a la luz del día; por ejemplo, al aire libre, si es posible. Y cuando le acuestes por la noche, debe ser en la oscuridad.

La diferencia entre el día y la noche (la luz y la oscuridad), proporcionará a tu hijo un reloj corporal interno. Esto contribuirá a la liberación de melatonina, también llamada la hormona del sueño, y hará que el niño se despierte de forma natural por la mañana cuando haya luz y también que sienta cansancio por la noche con la oscuridad.

  1. Apagar todas las pantallas

Es importante apagar todas las pantallas de la casa, y esto incluye todos los móviles, los ordenadores y el televisor. Es importante hacerlo como mínimo una hora antes de que el niño se vaya a dormir. Las pantallas mantienen activado el cerebro del pequeño, por lo que puede tener dificultades para relajarse antes de acostarse.

  1. Creer en ello

Indica a tu hijo que crees en ello: crees que tu hijo puede quedarse dormido y que tú puedes conseguir que lo haga.

Cuando hay problemas con el sueño, a ti y a tu pareja puede pasaros que no coincidáis sobre la mejor manera de acostar a vuestro hijo. Sin embargo, debéis intentar llegar a un acuerdo y mantenerlo.

Si te resulta frustrante intentar que tu hijo se quede dormido, el niño lo notará inmediatamente. Si esto ocurre, puede que sea buena idea que llegues a un acuerdo con tu pareja de forma que os ayudéis, para que no acabes enfadándote con tu hijo.

  1. El entorno

Es importante acostar al niño en un ligar familiar, y no en un lugar nuevo cada noche. Crea un entorno propicio para el sueño, de forma que el niño tenga una cama, cuna o un nido donde se le acueste cada noche. Esto también es aplicable durante el día.


Recomendaciones

Si tienes un recién nacido, es importante que sepas que se recomienda que los recién nacidos duerman boca arriba.

A los recién nacidos siempre se les debe acostar boca arriba para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante. Una vez que el bebé sepa darse la vuelta solo, será capaz de encontrar su postura para dormir preferida.

También es importante recordar colocar al bebé boca abajo cuando esté despierto. Este tiempo boca abajo, siempre bajo supervisión, entrenará su espalda y su cuello y evitará el síndrome de la cabeza plana.

Además, es posible que sea buena idea ser consciente de que tu bebé tiene un “lado favorito”. Algunos niños, cuando están tumbados, tienden a girar la cabeza siempre hacia un lado, y esto puede propiciar la aparición del síndrome de la cabeza plana con asimetría.

Por eso, presta atención a la postura de tu bebé cuando duerme, y ayúdale girándole con cuidado la cabeza hacia el otro lado de vez en cuando mientras duerme. Además, no olvides colocar a tu bebé boca abajo tanto como sea posible mientras esté despierto.

Es importante recordar que todos los niños son diferentes, y que todos tienen necesidades diferentes, incluso en lo que se refiere al sueño.

Tú sabes qué es lo que funciona mejor para ti y para tu hijo, pero esperamos que puedas emplear estos consejos.


Acerca de Kirsten

Kirsten Lise Andersen es enfermera registrada y visitadora médica y tiene su propia consulta privada, “Working With Baby”. Tiene 15 años de experiencia trabajando con niños como enfermera profesional registrada y es madre de cuatro niños. Kirsten es nuestra asesora de referencia en todo lo relacionado con la salud, ya que cuenta con años de experiencia y con la pericia necesaria para responder todas nuestras preguntas y las tuyas sobre los bebés.



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