Junta parental: cambios físicos tras ser madre

Ser madre es una experiencia que te cambia la vida y que trae consigo un montón de cambios físicos y mentales. El trayecto desde el embarazo hasta el posparto puede ser tan desafiante como gratificante, y las madres primerizas deben ser conscientes de los cambios que pueden experimentar.

Nos sentamos a hablar con cinco valientes mujeres acerca de los cambios que experimentaron en sus cuerpos tras ser madres. Sigue leyendo y descubre qué cambios físicos y mentales experimentaron ellas. Nos lo cuentan con honestamente.

Trata de aceptar los cambios en tu cuerpo

“Está bien que tu cuerpo no vuelva a ser lo que era rápidamente. Dale tiempo para que sane. Yo tengo estrías y no me suponen ningún problema. Es un cambio en mi cuerpo que no estaba ahí antes del embarazo. Sin embargo, ahora lo están porque mi cuerpo fabrica leche, y soy feliz por poder alimentar a mi hija”, admite Tashana, madre de Nora.

A veces es difícil aceptar los cambios

“No estaba en absoluto preparada para lo mucho que cambiaría mi cuerpo. Me hicieron una cesárea de urgencia y me resulta difícil sentirme a gusto con la cicatriz. Durante los primeros meses, ni siquiera podía mirarla. No quería ni verla”, revela Lisa-Marie, madre de Leo.

Nuevas prioridades

“Tras ser madre, me estresaba muchísimo con cualquier cosa. Hasta una mancha en el sofá podía arruinarme el día. Ahora soy más despreocupada, y si hace falta muevo un cojín para tapar la mancha. Así es. Ya no me preocupan esas nimiedades”, confiesa Amela, madre de Mila.

Estate en paz contigo misma

“Creo que es importante estar en paz con una misma. Soy madre, y mi cuerpo ha creado un bebé. Así que, ahora mismo, no creo que sea tan importante mi aspecto. Lo más importante es que mi hijo está bien y que estamos bien como familia. No es tan importante si has ganado peso en las caderas, si vas siempre con una coleta o si no te has puesto maquillaje. Antes me agobiaba con todo. Ahora no me importa. He llegado a desarrollar un botón de ‘no me importa’. Antes era algo impensable”, afirma Katrine, madre de Lucas.

No olvides el autocuidado

“Hay una frase de la que siempre me acuerdo cuando tengo un día estresante. Y es que no puedes querer a nadie si no te quieres a ti mismo. Para mí, significa que tengo que cuidar de mí misma para poder seguir cuidando de mi hija”, defiende Emily, madre de Ottilie.