Tener un bebé prematuro: conversación con Ditte, madre de un bebé prematuro

El hijo de Ditte, Pilou, nació a las 22 semanas de gestación, 121 antes de lo previsto, y es uno de los bebés prematuros y supervivientes más jóvenes de Dinamarca. Nos sentamos con Ditte a hablar sobre qué supone ser madre de un niño prematuro, y sobre cómo es la vida ahora, 2 años después de que aquella fatídica noche diera a luz a su hijo Pilou sola en el baño del hospital.
 
Esta publicación del blog forma parte de nuestra serie de Crianza real de BIBS. En ella, los padres y las madres comparten sus historias, experiencias y trayectoria en la crianza. La crianza cobra vida en las historias que compartimos. Ya se trate de momentos de felicidad o de momentos de tristeza, todos podemos aprender unos de otros.

El nacimiento de Pilou

Pilou nació tras un momento en el que a Ditte le tuvieron que operar de urgencia por apendicitis. Tres días después, Ditte acabó dando a luz espontáneamente a Pilou, sola en el baño del hospital, sin la supervisión de médicos ni enfermeras.

Fue un parto caótico. Estaba en estado de shock total, y simplemente entras en un estado de ánimo de supervivencia puro. En cierto modo, una se vuelve muy primitiva y realmente no se relaciona con el entorno, o con lo que dice o hace. Cuando llegó el personal, se llevaron a Pilou. Entonces, pasó una hora antes de que lo volviera a ver. Para entonces estaba en una incubadora con todo tipo de cables y un respirador. Era tan antinatural… casi artificial y realmente impactante.

Nacer a solo 22 semanas de gestación te plantea muchos dilemas éticos porque solo el 1 % de los bebés que nacen entre las 22 y las 23 semanas sobreviven antes de irse a casa*. Y en comparación con un bebé nacido a término, Pilou, con 730 gramos, era muy pequeño. Ditte añade:

Es difícil de creer, pero en realidad era bastante grande para tan pocas semanas de gestación, y esto definitivamente le dio una ventaja.

Qué significa ser madre

Ditte nos cuenta que el tiempo inicial en el hospital fue una situación extrema, que la dejó un poco emocionalmente insensible debido a las muchas conversaciones difíciles y las complicadas decisiones que, como madre, hay que tomar.

Durante los primeros días, tal vez, inconscientemente, traté de cuidarme en caso de que él no saliera adelante. Al mismo tiempo, es muy difícil crear un vínculo con un bebé que está en una incubadora, por la distancia física y porque era muy frágil. Esto hizo que me preocupara mucho cómo ser una madre para él. Sin embargo, durante el proceso, también aprendí que eres madre en el momento en que das a luz, y no importa si tienes un vínculo con tu hijo desde el principio. El mero hecho de que me preocupara nuestra conexión y vínculo significaba que era madre.

Ditte nos cuenta que estuvieron hospitalizados durante cinco meses y medio con Pilou mientras trataban de crear una vida en el hospital mientras atendían a su hija mayor en casa.

Fue increíblemente difícil estar lejos y no poder explicarle a mi hija lo que estaba pasando. Ella solo tenía dos años en ese momento. Sin embargo, rápidamente encontramos una solución, ya que sabíamos que estaríamos en el hospital por mucho tiempo. Mi novio y yo dividimos el tiempo al cincuenta por ciento entre estar en el hospital con Pilou y estar en casa con nuestra hija. Para mí era muy importante estar con mi hija también porque, ante todo, yo era su madre.

Crear un vínculo

Me dejaron coger a Pilou en brazos 6 días después de su nacimiento. De hecho, ni siquiera sabía que se permitía cogerles en brazos tan temprano, porque puede ser mortal para el bebé salir de la incubadora. Sin embargo, el personal del hospital realmente le da prioridad, tanto porque no se sabe cuánto tiempo vivirá el bebé, como también porque es bueno para él y te ayuda a crear un vínculo emocional. Nunca había tenido tanto contacto piel con piel con mi primera hija como lo tuve entonces con Pilou, lo cual es increíble teniendo en cuenta en la situación.

Al mismo tiempo, valoraba muchísimo el tiempo que pasaba con él. Si las cosas no salían como esperaba, me sentiría afortunada de haber tenido el tiempo que pasamos juntos. Y puede sonar duro, pero sabíamos que existía la posibilidad de que no viniera a casa con nosotros, así que realmente apreciaba el tiempo que pasábamos juntos.

Hoy soy madre de dos niños

Actualmente Pilou tiene 2 años y es un niño activo y feliz. Ditte lo explica así:

Obviamente, ha sido duro. Tuvimos la ayuda de muchos profesionales de la salud y el primer año fue muy duro. Durante ese tiempo, todo te lleva una cantidad increíble de energía y espacio mental. Pero cuando todo ha pasado, rápidamente lo sientes como una parte más pequeña de tu vida. Hoy es un niño que crece, gatea, se pone de pie y se comunica. Aunque va por detrás en muchas etapas de su desarrollo, no tenemos prisa.

Hoy valoramos mucho la vida. Nos sentimos afortunados. Lo mejor de convertirme en madre de Pilou ha sido observar su trayectoria y ver lo único y fuerte que es. Como es lógico, todos estamos orgullosos de nuestros hijos, pero él es especial. A veces creo en la magia cuando recuerdo el tiempo que pasé en el hospital. Es un milagro y ahora está mejor de lo que nadie podría haber esperado. Así que siento un gran orgullo cuando miro hacia atrás a lo largo de estos 2 primeros años de su vida.

Nos ha cambiado como familia

El parto prematuro de Pilou no solo le afectó a él, sino que ha tenido un efecto permanente en toda la familia. Ditte nos lo cuenta así:

El nacimiento de Pilou y la fase posterior nos han afectado como familia de múltiples maneras. No prestamos tanta atención a asuntos triviales. La falta de sueño o que los niños pasen días enfermos no nos importa ni nos afecta tanto. Sabemos lo mal que se puede pasar.

Otra forma en la que esta experiencia me ha afectado es que ahora sé lo importante que es prestar atención las señales del cuerpo, tanto para los niños como para mí misma. Si uno de los niños se enferma, recuerdo inmediatamente el trauma con Pilou y eso realmente ha cambiado mi forma de ser como madre actualmente, en comparación con quien era antes de Pilou. 

El mejor consejo de Ditte

¡No olvides que todo va a mejorar!

Espero que la historia de Pilou pueda sembrar de esperanza los malos momentos que puedan estar viviendo otros padres. Sabíamos que el desenlace con Pilou podría no terminar con él en casa. Sin embargo, leer las historias de otras personas que pudieron llevarse a sus hijos a casa nos dio esperanza y algo de reconocimiento. La sensación de no estar solos. Por eso, espero que nuestra historia pueda servir también a otros padres.

No importa si diste a luz en la semana 22, 28 o 34. Eres igual de vulnerable que una madre. No creo en absoluto que la historia de Pilou sea la más salvaje y loca y que nadie pueda sentirse reflejado. Hemos conocido a tantas personas con historias completamente diferentes, tan trascendentales como la nuestra, y podemos sentirnos reflejados y reconocer cosas fácilmente en las historias de los demás.

¡Mi otro consejo es pedir ayuda! Creamos un grupo de chat con nuestra familia y amigos. Les contábamos cómo avanzaba Pilou y les decíamos cómo podían hacer para ayudarnos sin que necesitaran contactarnos. Fue fantástico el apoyo y la ayuda que nos ofrecieron nuestros familiares, pero sencillamente no éramos capaces de hablar con todos, de aceptar y coordinar la ayuda, y todo acabó con que no recibimos ninguna ayuda. Por eso, con esta herramienta, podían ayudarnos sin que tuviéramos que decidir nada. Marcó una gran diferencia para nosotros.
 
¡Gracias a Ditte (y Pilou) por compartir su historia!
 
 
 
Fuentes:
Margaret Brazier and David Archard, J Med Ethics. 2007 Mar; 33(3): 125–126 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2598257/

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